
El Sr. Aurand aprovechó esta ocasión para expresar su satisfacción por las excelentes relaciones que existen con las autoridades italianas y el alto nivel de participación de los expertos de la delegación de dicho país en el seno de las instancias técnicas y científicas de la OIV, al tiempo que destacó que una de las cuatro comisiones de la OIV – la encargada de las cuestiones económicas y jurídicas – se encuentra actualmente presidida por el Prof. Eugenio Pomarici.
El director general de la OIV, asimismo, elogió la actividad desarrollada en beneficio de la Organización por su antecesor, el italiano Federico Castellucci, y presentó al embajador de Italia los ejes estratégicos que se desarrollarán durante los próximos cinco años. S.E. el Sr. Checchia recordó la importancia del sector vitivinícola para su país y le garantizó al director general de la OIV el apoyo de Italia para la puesta en marcha de estas orientaciones estratégicas, a las que su país contribuyó ampliamente.


Este rápido aumento no se debe únicamente a la mundialización del consumo, sino que también está relacionada con el incremento constante del número de países productores.
En dicho contexto, donde se desarrolla una competencia entre países, resulta esencial definir las características de los productos vitivinícolas y de sus especificaciones, promover buenas prácticas de reglamentación para garantizar un comercio libre y justo y la integridad y la sostenibilidad de los productos vitícolas en el mercado mundial.
Es importante responder a las expectativas de los consumidores en relación a la calidad de los productos, la protección de la salud y del medio ambiente y la información de los productos vitivinícolas, manteniendo un mercado mundial del vino sostenible.
La OIV se encuentra en una posición principal para ofrecer a los países productores y consumidores de vino los datos necesarios para elaborar reglamentos vitivinícolas que minimicen los obstáculos al comercio, promuevan una producción sostenible y protejan a los consumidores. La OIV deberá garantizar que su trabajo esté basado en datos científicos sólidos. Por consiguiente, llevar a cabo un análisis continuo de sus resoluciones es un aspecto importante en el trabajo de la OIV.
Los retos relacionados con el cultivo de la vid y sus productos derivados. En términos comerciales, económicos, medioambientales, territoriales y sociales son considerables. La OIV puede y debe ofrecer su experiencia y sus consejos en tiempo y forma oportuna al respecto.

El Plan Estratégico 2015-2019 tiene la ambición de responder lo mejor posible a estas diferentes preocupaciones. Éste se inscribe en la continuidad del último plan estratégico (2012-2014), durante el cual unas sesenta recomendaciones (incluidas prácticas enológicas, métodos de análisis y otras recomendaciones en materia vitícola) han sido evaluadas por una comunidad de expertos internacionales y adoptadas por los países miembros. Por otro lado, nuevas categorías de productos vitivinícolas así como sus reglas de presentación han sido definidas y adoptadas igualmente.
Como una verdadera hoja de ruta, el plan quinquenal 2015-2019 se articula alrededor de los cinco ejes estratégicos siguientes:
1.Fomentar una vitivinicultura sostenible.
En el marco del desarrollo del viñedo y de las evoluciones de la viticultura convencional, la OIV quiere promover una viticultura sostenible. Con esta finalidad, la OIV considera y reacciona de cara al reto del cambio climático; caracteriza y evalúa los principios y los métodos de producción de uvas, vino y otros productos y analiza su eficacia económica, considerando los procedimientos de las empresas en materia de responsabilidad social. La OIV se asegura de proteger y optimizar el uso de los recursos naturales y la sostenibilidad de los terroirs vitícolas.
2.Fijar las especificaciones y reglas de autenticidad de los productos vitivinícolas.
Con el objetivo de categorizar los productos vitivinícolas, la OIV promueve los principios de buenas prácticas reglamentarias y elabora recomendaciones de las prácticas enológicas y métodos de análisis. Asimismo, la OIV define las formaciones profesionales dentro del sector.
3.Aprender las evoluciones del mercado y la dinámica de la cadena de valores.
En el contexto del crecimiento de los intercambios internacionales dentro del sector vitivinícola y con el fin de comprender la dinámica del sector, la OIV desarrolla sistemas de intercambio de datos y de análisis estadístico y facilita la identificación de las tendencias del mercado a través de la cadena de valor.
4.Participar en la seguridad del consumidor y tener en cuenta sus necesidades.
Basándose en la evaluación y en opiniones científicas, la OIV participa en la seguridad sanitaria de los productos vitivinícolas, evaluando las tecnologías innovadoras y los aspectos fisiológicos y nutricionales vinculados con el consumo de productos vitivinícolas, así como de los factores socioculturales. La OIV quiere también garantizar la coherencia en cuanto a trazabilidad y etiquetado.
5.Reforzar la cooperación internacional y el liderazgo de la OIV.
En su calidad de organización intergubernamental, la OIV favorece la cooperación internacional y la participación en sus trabajos de los Estados Miembros y de los Observadores. La OIV facilita la producción científica, valorándola con una comunicación adecuada.
El Plan Estratégico 2015-2019 se pondrá en marcha según un programa de trabajo que se ajustará cada año y que será desarrollado por las comisiones, subcomisiones y grupos de expertos, Comité Científico-Técnico, y que el Comité Ejecutivo.

Al finalizar su primer año de mandato, Jean-Marie Aurand realizó el balance de 2015 y destacó, en primer lugar, que: "la familia de la OIV se amplió, porque contamos con un nuevo Estado miembro: Armenia, que se ha adherido a la Organización luego de Azerbaiyán en 2013 y la India, en 2012. Esta es una clara señal de que la Organización es atractiva y goza de una buena imagen". Con el deseo de que se concreten las negociaciones para futuras adhesiones en 2015, el director general recordó que "los Estados miembros representan actualmente cerca del 85 % de la producción y el 80 % del consumo mundial de vino."

A continuación, Jean-Marie Aurand demostró su satisfacción por el éxito del 37.° Congreso Mundial de la Viña y el Vino, en noviembre de 2014, en Mendoza (Argentina). "Un congreso memorable, que ha reunido a más de 1000 participantes y durante el cual se presentaron más de 500 comunicaciones científicas". Asimismo, en esta ocasión, la Asamblea General adoptó el Plan Estratégico 2015-2019, una auténtica hoja de ruta de la Organización por los 5 años que vendrán. "Este plan tiene en consideración las principales evoluciones del sector vitivinícola: un mercado que se globaliza y se internacionaliza cada vez más (de cada cinco botellas de vino consumidas en el mundo, dos son importadas), una fuerte competencia, nuevas expectativas de los consumidores y de los ciudadanos", según el director general.
En este contexto, "es importante definir las buenas prácticas, las reglas que permitan mantener la estabilidad y la calidad de los productos con el fin de asegurar la lealtad de los intercambios y responder a las expectativas del consumidor en materia de calidad de producto, protección de la salud y transparencia. Además, este Plan Estratégico integra nuevos retos, tales como el impacto del cambio climático, o la promoción de una vitivinicultura sostenible. [Plan Estratégico 2015-2019]
Otro hecho importante citado por Jean-Marie Aurand se refirió "los esfuerzos realizados para mejorar y modernizar el funcionamiento de la Organización. Se trata, por ejemplo, de la facultad abierta a los expertos de la OIV, por primera vez, de valorizar sus presentaciones y sus trabajos con un editor científico" [OIV-EDP Sciences] o incluso, el enriquecimiento de la información y de las presentaciones de datos estadísticos del sector vitivinícola. El director general de la OIV, además, recordó que en 2015 tendrá lugar la elección de un nuevo presidente de la Organización, como así también, de nuevos presidentes de las comisiones y subcomisiones, en Maguncia (Alemania), donde se desarrollará el próximo congreso de la OIV, del 5 al 10 de julio. Para dicho evento, se lanzó la convocatoria a enviar trabajos científicos y se puede prever un gran éxito. [38.° Congreso Mundial de la Viña y el Vino]. También se anunció la renovación del sitio web de la OIV y la modernización de los sistemas de información.

Finalmente, Jean-Marie Aurand citó a los expertos que estarán presentes en las reuniones de París en abril con el objetivo de poner en marcha el programa de trabajo 2015 que se anuncia como muy rico y ambicioso, destacó la calidad de sus trabajos y les agradeció por su notable participación.

Principalmente sobre la base de variedades híbridas como Solaris, Hibernal o Maréchal Foch, la viticultura se desarrolla en la región de Zielona Góra y en el oeste del país, Breslavia al sudoeste, Cracovia al sur, la región de Subcarpacia y Kazimierz Dolny al sudeste. Además, el consumo también ha experimentado un aumento en estos últimos años: de 1,4 litros por habitante ha trepado a 2,4.
Tras recordar los objetivos y las misiones de la OIV, el Sr. Jean-Marie Aurand destacó el interés que reviste para Polonia poder integrar la gran familia de la Organización, tanto en calidad de país productor con condiciones climáticas específicas, como en calidad de nación consumidora que demuestra un interés cada vez mayor por la cultura del vino.
El embajador de Polonia señaló que establecería los contactos necesarios con el ministro de Agricultura polaco a fin de que se pueda concretar la posibilidad de una adhesión a la OIV a la brevedad.


La Agencia de Impuestos y Comercio de Alcohol y Tabaco (TTB) de Estados Unidos ha propuesto modificar su regulación para permitir que se utilicen los nombres de las áreas vitivinícolas americanas (AVA) como denominaciones de origen (DO) en las etiquetas de los vinos que reúnan los requisitos para utilizar los nombres de las AVA, excepto si la producción de los vinos se ha llevado a cabo en su totalidad en un estado adyacente al estado en el que se encuentre el área vitivinícola, en lugar del estado en el que se encuentre dicha área vitivinícola.
Esta propuesta proporcionaría una mayor flexibilidad de cara a la producción y al etiquetado de los vinos. Además, garantizaría la recepción, por parte de los consumidores, de datos importantes relativos a las características de los vinos adquiridos.
La TTB permite utilizar los nombres de las áreas vitivinícolas como denominación de origen en las etiquetas de los vinos, a fin de que los viticultores describan mejor el origen de sus vinos y los consumidores identifiquen mejor los vinos que compran.