
El coordinador científico de la OIV, Jean-Claude Ruf, participó en la 13.a sesión del Comité del Codex sobre Contaminantes de los Alimentos (CCCF), que se celebró entre el 29 de abril y el 3 de mayo de 2019 en Yogyakarta (Indonesia).
Las delegaciones de los Estados miembros presentes analizaron, como parte del orden del día de la sesión, la revisión del límite máximo de plomo en los alimentos, especialmente en los vinos.
Durante la sesión que se celebró en 2018, la OIV intervino para indicar que sería recomendable tener en cuenta las características específicas de ciertos tipos de vinos, como los vinos fortificados, ya que una gran parte de estos quedaría apartada del comercio internacional si el límite propuesto se fijara en 0,05 mg/kg.
Por otro lado, al final de la reunión de 2018, el CCCF decidió reactivar un grupo de trabajo electrónico, presidido por los Estados Unidos, para trabajar en los límites máximos (LM) para los vinos de uva y los vinos enriquecidos obtenidos con uvas cosechadas tras la fecha de fijación del LM.
La OIV analiza sus propios límites para el plomo desde hace más de un año
En la 13.a sesión del CCCF, celebrada en 2019, el Comité analizó las recomendaciones del grupo de trabajo sobre los límites máximos de plomo en los vinos y en los vinos fortificados. Durante el debate, la OIV indicó al CCCF que la fijación de un límite demasiado bajo podría tener importantes consecuencias para el comercio internacional. Además, Jean-Claude Ruf señaló que la OIV llevaba más de un año revisando sus propios límites para el plomo y que se va a presentar una propuesta de revisión para su aprobación final en la próxima Asamblea General de la OIV, que se celebrará en julio de 2019 en Suiza. Con dicha propuesta, se pretende fijar este límite en 0,10 mg/L para los vinos y en 0,15 mg/L para los vinos de licor.
Por último, la OIV animó al CCCF a tener en cuenta los nuevos trabajos de la OIV sobre este tema para evitar repeticiones e incoherencias sobre posibles límites.
Al final de los debates del CCCF, aunque algunas delegaciones estuvieron a favor de fijar el límite máximo en 0,05 mg/kg para los vinos, se acordó fijar un límite máximo de 0,10 mg/kg para los vinos y un límite específico de 0,15 mg/kg para los vinos fortificados/de licor. Estos límites son aplicables a los productos elaborados tras la fecha de fijación del LM. Estas propuestas se presentarán para su aprobación en la sesión de la Comisión del Codex Alimentarius de julio de 2019.
Uniformidad de normas y comercio internacional
Debemos alegrarnos por la uniformidad en cuanto a normas y comercio internacional, pues la OIV y el Codex Alimentarius tienen la intención de fijar los mismos límites para los vinos y los vinos fortificados/de licor.
Por otro lado, el Comité convino en proponer, para 2020, una revisión del Código de Prácticas para la Prevención y Reducción de la Presencia de Plomo en los Alimentos (CAC/RCP 56-2004), adoptado por el Codex en 2004, para integrar los medios de reducción del contenido de plomo en los alimentos, incluidos los vinos.


Durante la última reunión del Comité Ejecutivo de la OIV, el director general Pau Roca informó a los Estados miembros que se había firmado un nuevo contrato de alquiler para un espacio funcional en la rue Monceau, en el octavo distrito de París. De este modo, se han dado los primeros pasos para encontrar una situación más adecuada, junto a Francia, en su calidad de Estado anfitrión de la sede de la Organización.
Situada en las cercanías del Parque Monceau, de la sede de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y de un centro de conferencias, la nueva sede será sometida a obras de remodelación durante el verano en las que algunas empresas del sector podrían contribuir bajo forma de mecenazgo. Para el resto de las obras, se ha lanzado una convocatoria de interés con el fin de seleccionar a las empresas competentes.
Si bien numerosos Estados miembros lamentan abandonar la sede histórica donde se negoció la renovación del Acuerdo por el que se creó la OIV, también hicieron un llamamiento para encontrar una solución que pueda permitir encontrar en el tiempo que falta para el Centenario de la OIV en 2024 un lugar donde la Organización pueda tener una sede permanente y donde desarrollar nuevas actividades que den respuesta a los retos del próximo siglo.



El 5 de abril pasado, el Comité Científico y Técnico de la OIV designó a esta historiadora, medievalista y especialista en la historia del vino para presidir el Jurado de los Premios de la OIV.
Azélina Jaboulet-Vercherre es la primera mujer nombrada para ejercer esta función desde la creación de los Premios de la OIV, en 1930.

Doctora en historia (Yale, Estados Unidos), la presidenta de los Premios de la OIV posee cuatro títulos de grado en Historia del arte, Arqueología, Literatura e Historia.
En su tesis, centró sus investigaciones en la literatura médica y la filosofía natural del periodo comprendido desde el siglo XII al XV.
Más allá de sus estudios históricos, desarrolló su sentido crítico gracias a una formación multidisciplinaria en historia del arte y literatura inglesa y norteamericana.
Su innovador enfoque del vino se diferencia de cualquier moda: pone énfasis en la armonía entre el vino, el arte, la música, la emoción y los sentimientos.
Con esa perspectiva historiográfica y cultural, promueve la renovación de la taxonomía del vino más allá de los contextos habituales.
Gracias a esta cualidad multidisciplinaria, sus cursos de historia del vino y las conferencias con cata que dicta en todo el mundo alcanzan una repercusión única.
Fue profesora invitada en la escuela de verano del Instituto de Estudios Políticos de París (conocido como “Sciences Po”) y se le encomendó la creación de su escuela de vinos, la Sciences Po Wine School.
Su experiencia docente de varios años en la Escuela Hotelera de Lausana y en la Escuela de Ingenieros Enólogos de Changins le permitió desarrollar sus conocimientos sobre los vinos suizos.
Además, se desempeña como jurado-catadora en diversos concursos.
Azélina Jaboulet-Vercherre obtuvo dos premios de la OIV y una mención especial de la OIV en 2013, 2015 y 2017.
Premio 2013 de la OIV en Historia, Literatura y Bellas Artes con

Premio 2015 de la OIV en Vino y Salud con

Mención especial 2017 en Literatura con

EL JURADO DE LOS PREMIOS DE LA OIV
MIEMBROS 2019
Presidenta: Sra. Azélina Jaboulet-Vercherre / Francia
Primera vicepresidenta: Sra. Christiane Blum / Luxemburgo
Segundo vicepresidente: Sr. Luís Carlos Ferreira Peres de Sousa / Portugal
Secretario científico: Sr. Jean-Luc Berger (hasta octubre de 2019) / Francia
Presidenta de la OIV: Sra. Regina Vanderlinde / OIV (Brasil)
Director general de la OIV: Sr. Pau Roca / OIV (España)
Vicepresidentes de las comisiones y subcomisiones de la OIV
Sr. Benjamin Bois / “Viticultura” / Francia
Sr. Luigi Moio / “Enología” / Italia
Sr. Tony Battaglene / “Economía y Derecho” / Australia
Sra. Nuria García Tejedor / “Seguridad y Salud” / España
Sr. Luís Carlos Ferreira Peres de Sousa / “Uvas de Mesa, Pasas y Productos no Fermentados de la Vid” / Portugal
Sr. Ondřej Mikeš / “Métodos de Análisis” / República Checa
Expresidentes de la OIV invitados
Sra. Monika Christmann / Alemania
Sra. Claudia Quini / Argentina
Sr. Yves Bénard / Francia
Sr. Peter Hayes / Australia
Sr. Reiner Wittkowski / Alemania

Posturas muy diferenciadas
No es ningún secreto que las normas de etiquetado de las bebidas alcohólicas nacionales difieren en gran medida de las del Codex. En el debate de la última sesión, celebrada en Ottawa, surgió rápidamente la cuestión de la inclusión en la etiqueta del grado alcohólico, el valor energético y los datos nutricionales; esta cuestión suscitó posturas muy diferenciadas entre países.
Algunas delegaciones creen que los textos existentes del Codex abordan considerablemente la cuestión de las bebidas alcohólicas y que, vistos los diferentes tipos de bebidas alcohólicas y de valores sociales relativos al consumo de estos productos, es preferible tratarlas a nivel nacional más que a nivel del Codex.
No obstante, otros países señalaron que podría ser necesario aportar recomendaciones adicionales específicas para el etiquetado de las bebidas alcohólicas y que, dado que las bebidas alcohólicas no son alimentos normales, convendría informar a los consumidores de los riesgos para la salud derivados del consumo de alcohol a través de datos fiables en la etiqueta.
La OIV pone de relieve su experiencia
La OIV, a quien representó su coordinador científico, Jean-Claude Ruf, quiso informar al Comité de la complejidad del etiquetado de las bebidas alcohólicas.
La OIV precisó que, si el Codex quisiera iniciar nuevos trabajos, debería definir el grado alcohólico mínimo de las bebidas alcohólicas y aclarar a qué productos sería aplicable la norma, de modo que pudieran tenerse en cuenta las características especiales de ciertos productos.
Recordemos que la OIV ha elaborado trabajos de revisión de su norma para el etiquetado de los vinos y las bebidas alcohólicas a base de vino y que resultaría útil que el Codex tuviera en cuenta los trabajos de la OIV al respecto, pues es la única organización intergubernamental que coopera con el Codex en esta cuestión.
Los grupos de trabajo formados por el Codex presentarán pronto un informe.


Para la edición de este año, el auditorio de Mucem (Museo de las Civilizaciones de Europa y el Mediterráneo) acogió 37 proyecciones oficiales, seleccionadas entre 144 películas de 17 países diferentes.
Los filmes seleccionados presentaron una amplia variedad de temas, invitando al público a una reflexión sobre cómo el modelo económico y social actual debería encaminarse hacia un estilo de vida sostenible, que respete el medio ambiente.
En muchos documentales, ocupó un lugar central la búsqueda de las alternativas a los productos fitosanitarios y a los pesticidas en la viticultura y la aplicación de una metodología biodinámica de producción.
Algunas realizaciones se centraron en la forma en que las nuevas generaciones ven el vino y en el empoderamiento de las mujeres en la vitivinicultura. Otros temas que estuvieron presentes en las proyecciones incluyeron el terroir, la sostenibilidad y los métodos ancestrales de vinificación.

El Grand Prix de esta edición 2019 de Œnovidéo fue otorgado a la película catalana “40 Hectàrees, la Terra i el Pagès” (40 hectáreas, la tierra y el agricultor). Este filme narra la historia de diez agricultores de la región vitivinícola del Penedès (Cataluña) que hablan sobre su trabajo cotidiano, sus dificultades al enfrentarse con los grandes productores de Cava y su relación con la tierra. Consulte la lista de ganadores (enlace en francés).
El vino, la vid y lo sagrado, en imágenes
Bajo el tema “Le vin, la vigne et le sacré : mystère d’une culture, divin nectar” (El vino, la vid y lo sagrado; misterio de una cultura, néctar divino), la exposición fotográfica Terroir d'Images que acompaña el festival desde hace ya 14 años, se presentó en el centro cultural Vieille Charité.
La selección oficial estuvo compuesta por 80 fotografías, elegidas entre 1500 trabajos de fotógrafos aficionados y profesionales, procedentes de 15 países en competición.
El ganador del Grand Prix se revelará durante la ceremonia de entrega de premios oficial de Œnovidéo, que se celebrará el lunes 14 de octubre de 2019 en el Palais du Luxembourg (París).
